La situación del IESS (Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social) ha sido motivo de debate durante las últimas
semanas, eso tras el confuso anuncio de que los trabajadores autónomos
(taxistas, abogados, médicos, etc.) deben también ser parte del SGO (Seguro
General Obligatorio) al igual que los trabajadores con relación de dependencia,
la confusión proviene de si se estaría o no, obligando a los trabajadores autónomos
a cotizar en el IESS. Cabe mencionar que en otros países, como es el
caso de la vecina Colombia, si existe una obligación por parte del Estado para
que los trabajadores independientes coticen para la seguridad social.
Las más recientes declaraciones
de Fernando Cordero, presidente del IESS, develan que los trabajadores
independientes no estarían obligados a cotizar al IESS pero que si lo desean
hacer, (entrar de manera voluntaria) tendrían que cotizar sobre sus ingresos
reales aportando el 20.60% del salario para que hagan parte del SGO, de tal
modo que no existiría distinción alguna entre los aportes del trabajador con
relación de dependencia del de sin relación de dependencia, por lo tanto
tampoco habría ninguna distinción entre los servicios prestados en: Salud,
Pensión, Seguro de Riesgos Profesionales, Créditos Quirografarios, Créditos
Hipotecarios, etc.
La tasa de aportación del 20.60% resultaría
según varías opiniones exagerada, sin embargo lo cierto es que si Ecuador nuevamente
se compara con Colombia resulta que dicha tasa de aportación es bastante
inferior. En el país cafetero se cotiza 16% para pensión jubilar y 12.5% para
salud, es decir un total de 28.5% siendo que la tasa de aportación de riesgos
profesionales no se incluye en los rubros mencionados y varía en función del riesgo existente de cada actividad, es decir
una persona que trabaja en una mina cotiza más que una persona que trabaja en
una oficina donde el riesgo de sufrir un accidente laboral es menor.
Los
sistemas de Seguridad Social difieren sustancialmente entre Colombia y Ecuador,
de hecho en el país del norte la Seguridad Social está a cargo de entes públicos
y privados siendo que conviven dos sistemas para las pensiones jubilares, el antiguo sistema RPM (Régimen de Prima Media) y el más reciente RAI (Régimen de Ahorro Individual) a cargo
de prestadoras privadas que imita al sistema de Chile.
El sistema de cuentas de ahorro individual implica que la jubilación de un individuo depende directamente del ahorro acumulado durante toda su vida laboral y la tasa de rendimiento del portafolio de inversiones a cargo de la entidad aseguradora. Por otra parte el sistema de RPM que está a cargo del gobierno, es un régimen de reparto similar al IESS en el cual la pensión del jubilado depende de la cantidad de aportes y el promedio de cotización de esos aportes durante los últimos 10 años (5 años en el caso ecuatoriano).
El sistema de cuentas de ahorro individual implica que la jubilación de un individuo depende directamente del ahorro acumulado durante toda su vida laboral y la tasa de rendimiento del portafolio de inversiones a cargo de la entidad aseguradora. Por otra parte el sistema de RPM que está a cargo del gobierno, es un régimen de reparto similar al IESS en el cual la pensión del jubilado depende de la cantidad de aportes y el promedio de cotización de esos aportes durante los últimos 10 años (5 años en el caso ecuatoriano).
De lo anterior se puede inferir
que en Colombia la seguridad social es obligatoria para todos los trabajadores
(dependientes e independientes) y que existe un Oligopolio que se hace cargo de
estos servicios, por lo tanto se podría decir que existe competencia y libertad
de elección pero fuertemente restringida.
Por otra parte para el caso ecuatoriano aportar a la seguridad social solo es obligatorio para los trabajadores con relación de dependencia siendo así el servicio prestado un Monopolio de carácter público en el cual no existe competencia alguna, salvo para el caso de los independientes que podrían hasta elegir no tener seguro alguno por salud o pensión, lo cual a la larga es más costoso en términos sociales.
El sistema de Seguridad Social para el usuario resulta más costoso en Colombia que en Ecuador, esto independientemente de que se gane más o menos, para ilustrar mejor una persona que gana el salario mínimo (616,000 pesos alrededor de 308 dolares) aporta con 87.78 dólares en el primer caso y 70.04 dólares para el caso de los ecuatorianos con un salario básico de 340 dolares.
Por otra parte para el caso ecuatoriano aportar a la seguridad social solo es obligatorio para los trabajadores con relación de dependencia siendo así el servicio prestado un Monopolio de carácter público en el cual no existe competencia alguna, salvo para el caso de los independientes que podrían hasta elegir no tener seguro alguno por salud o pensión, lo cual a la larga es más costoso en términos sociales.
El sistema de Seguridad Social para el usuario resulta más costoso en Colombia que en Ecuador, esto independientemente de que se gane más o menos, para ilustrar mejor una persona que gana el salario mínimo (616,000 pesos alrededor de 308 dolares) aporta con 87.78 dólares en el primer caso y 70.04 dólares para el caso de los ecuatorianos con un salario básico de 340 dolares.
Queda claro que en Colombia se
aporta más para la Seguridad Social de lo que se hace en Ecuador, lo que no está claro y lo que realmente debería ser motivo de
debate público es la calidad del servicio prestado y la sostenibilidad financiera
del sistema. En cuanto a la calidad de los servicios otorgados tanto en Colombia como en Ecuador existe insatisfacción,
principalmente en los servicios de salud, sin embargo al ser un tema de percepción, resulta difícil hallar parámetros de comparación, lo más cercano a un parámetro
de comparación en cuanto la prestación de servicios de salud vendría a ser la respuesta a la siguiente pregunta elaborada por Latinobarometro del 2011: ¿Diría usted que se encuentra satisfecho en como funcionan los hospitales públicos? en la cual los resultados indican que la atención de los hospitales públicos en Ecuador es mejor
valorada que en el país vecino.
En cuanto al tema de la sostenibilidad
financiera, es claro que en Colombia el sistema parte con algunas ventajas ya
que:
1) Maneja mayor cantidad de
recursos por cobrar tarifas más onerosas 28.5% solo pensión y salud contra 20.60% de
Ecuador, tarifa que incluye también riesgos profesionales.
2) El sistema de Colombia incluye
un mayor universo de cotizantes ya que en dicho país los profesionales
independientes si están obligados a ser parte del sistema, esto es importante
principalmente en salud en donde el sistema se hace más viable a medida en que
la cantidad de aportantes aumenta y los riesgos de enfermedades se comparten
entre todos los cotizantes existiendo un elemento de solidaridad en el cual quién
más tiene más aporta al sistema.
3) Por último, lo más importante
es que en Colombia las pensiones se determinan en función del
ahorro individual y la rentabilidad de los portafolios de inversión, por lo
tanto es claro que jamás podría existir un déficit actuarial (lo cual no está
claro para el caso del IESS) sin embargo esto se da en sacrificio de que para
algunos casos las pensiones otorgadas son considerablemente menores a los ingresos sobre
los que se aportaba, esto para el caso de quien no llegase a tener una cantidad
adecuada de capital ahorrado. Importante también decir que podría
suceder lo contrario para casos en donde se aportó de manera continua por más
de 35 años y se logro suficiente ahorro.
Es claro que, el tema de la Seguridad Social nos abarca a todos como sociedad y que el debate debe incluir multiplicidad
de elementos que deben tratarse con seriedad, pues es importante que el sistema
sea sostenible en el tiempo, para lo cual resulta imperante determinar si el
IESS sostiene o no, un déficit actuarial que ascendería para 2050 a 11 mil millones
de dólares. Según el propio directorio del IESS el último calculo tendría severas
falencias al no tomar en cuenta las inversiones del BIESS y sus futuros rendimientos, los cuales promedian un 7% de rendimiento financiero sobre un
capital que abarca ya los 12 mil millones de dólares, lo que implicaría
que si dicho capital se reinvierte en su totalidad por los próximos 36 años podría
multiplicarse por más de 11 y oscilar en los 137 mil millones de dólares para 2050 lo que
evidentemente implicaría que no existe ningún déficit actuarial.
En conclusión se puede manifestar
que el debate de si se cobra más o menos en las tasas de aportación, de si el
sistema debería ser público o privado, de si debería ser del todo libre su
participación u obligada para que este pueda ser de carácter universal
es un debate complejo y técnico, que no puede ser tomado a la ligera por la opinión
pública, por lo tanto urge incorporar un análisis comparado con otros países con el fin de realizar una reforma integral al sistema que vaya más allá
del cambio de resoluciones administrativas que resultan simples parches dentro del
complejo panorama de la Seguridad Social en Ecuador. Por último importante señalar que en el país rige una ley anterior a la constitución y que debe ser modificada.
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