En la actual coyuntura de bajos precios del petróleo, es usual escuchar que el gobierno no ahorro en los años previos y que despilfarró la bonanza del petróleo, si partimos de que la premisa anterior es cierta cabe entonces preguntarse ¿Dónde estuvo el despilfarro y en que hubiese sido conveniente no gastar durante el periodo 2007-2014? ¿Hubiese sido conveniente gastar menos en rubros de inversión y hacer menos: escuelas, hospitales, carreteras, puentes, aeropuertos o hidroeléctricas? O ¿Hubiese sido conveniente tener menos gasto corriente y gastar menos en: médicos, medicinas, profesores, policías, militares o jueces?
Cuando se observan las cifras detalladamente resulta que Ecuador es un país adicto al petróleo y no me refiero a que gran parte de los ingresos del Estado provienen del crudo sino al hecho de que gran parte de la última bonanza petrolera se despilfarro en subsidios a derivados del petróleo, los cuales son un producto importado que le cuesta divisas al país. En el periodo acumulado entre 2007 y 2013 la cuenta de subsidios fósiles llego a 16,441 millones de dólares, lo que representa el 21% de las exportaciones provenientes del petróleo que fueron de 77,530 millones según relata el Observatorio de la Política Fiscal.
Es decir si a las exportaciones del crudo se le restan los costos de operación e inversión para la producción del mismo crudo, que dependiendo de las condiciones de producción pueden llegar hasta 30 dólares por barril para campos maduros y sí se le resta lo que se despilfarro en subsidios a combustibles fósiles, de la bonanza petrolera queda poco. Y es que los años de mayores precios en el crudo fueron también los años de mayor despilfarro en cuanto a lo que representó el gasto en subsidios fósiles, siendo así que hay una relación directa entre la variación del precio del crudo y la variación del gasto en subsidios fósiles.
En el año 2009 existió una abrupta caída del precio del petróleo lo cual evidentemente hizo de aquel un año difícil en términos fiscales y de crecimiento económico, pero aun así la economía salió a flote y es que la caída del precio del crudo de dicho entonces fue de un 40% con respecto al 2008, mientras que el gasto en subsidios fósiles cayó casi un 43% siendo que en 2008 se destinó 1,890 millones de dólares, mientras que para dicho rubro en 2009 se destinó 1,085 millones. Ya en los posteriores años cuando el precio del petróleo volvió a subir el despilfarro en subsidios a combustibles fósiles creció nuevamente y es así que en 2013, último año para el cual se tiene data completa, el subsidio a combustibles fósiles subió a 3,666 millones.
Para el año 2015 en la proforma que establecía un precio del crudo de 79 dólares, los subsidios a combustibles fósiles se preveían en 4,157 millones pero la relación empírica entre los precios de los productos petroleros y el gasto en subsidios demuestra que una caída en 1% de los precios del crudo llevan a una caída del 1.2% en el gasto de subsidios fósiles, es así que si se corrige el presupuesto del 2015 y se lo proyecta con 50 dólares en el precio del crudo, el rubro de subsidios a combustibles debería de tener un ahorro de 1,831 millones de dólares. Esto sumado a otros ahorros de 1,420 millones tanto en gasto corriente -posponer un aumento salarial en el sector público- como en gasto de inversión que el gobierno ya ha anunciado, deriva en que el problema fiscal no es el mayor de los inconvenientes.
Cuando me refiero a que el gasto fiscal del 2015 no es el mayor de los inconvenientes es porque en última instancia el gobierno podría aprovechar de la coyuntura de los bajos precios del crudo y eliminar el esquema de precios fijos para hidrocarburos dejando que sea el mercado quien determine el precio de estos bienes a futuro. Si aquello se hubiese hecho en el 2009 cuando los precios del crudo fueron bajos lo que determinaba que el subsidio no era cuantioso y por ende el ajuste en precios no hubiese sido alto, hoy en día se hubiese gozado de un ahorro fiscal acumulado de al menos 13,000 millones de dólares.
Hipotéticamente hablando si se hubiese evitado el gran despilfarro en subsidios a combustibles antes mencionados, en estos momentos de una coyuntura externa adversa, Ecuador no tendría que salir nuevamente a endeudarse con China y se dispondría de fondos suficientes para acelerar el cambio de la matriz productiva a un costo financiero mucho más bajo al actual. Es así que si se parte de la premisa de que este gobierno no ahorro lo suficiente es cierta, no es porque se haya gastado mucho en hacer escuelas o hospitales, no es porque se haya gastado mucho en tener vías decentes y aeropuertos más cómodos, no es porque se pague mucho a los profesores, a los médicos, a los policías o a los jueces. El despilfarro se da en subsidiar derivados fósiles, somos adictos a consumir gas, gasolina y diésel tanto así que hemos desperdiciado gran parte de la reciente bonanza petrolera, 1 de cada 5 de los dólares provenientes de esta, en subsidios a los combustibles.
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