viernes, 14 de marzo de 2014

La Seguridad Social en Ecuador, urge una reforma integral

La situación del IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) ha sido motivo de debate durante las últimas semanas, eso tras el confuso anuncio de que los trabajadores autónomos (taxistas, abogados, médicos, etc.) deben también ser parte del SGO (Seguro General Obligatorio) al igual que los trabajadores con relación de dependencia, la confusión proviene de si se estaría o no, obligando a los trabajadores autónomos a cotizar en el IESS. Cabe mencionar que en otros países, como es el caso de la vecina Colombia, si existe una obligación por parte del Estado para que los trabajadores independientes coticen para la seguridad social.

Las más recientes declaraciones de Fernando Cordero, presidente del IESS, develan que los trabajadores independientes no estarían obligados a cotizar al IESS pero que si lo desean hacer, (entrar de manera voluntaria) tendrían que cotizar sobre sus ingresos reales aportando el 20.60% del salario para que hagan parte del SGO, de tal modo que no existiría distinción alguna entre los aportes del trabajador con relación de dependencia del de sin relación de dependencia, por lo tanto tampoco habría ninguna distinción entre los servicios prestados en: Salud, Pensión, Seguro de Riesgos Profesionales, Créditos Quirografarios, Créditos Hipotecarios, etc.


La tasa de aportación del 20.60% resultaría según varías opiniones exagerada, sin embargo lo cierto es que si Ecuador nuevamente se compara con Colombia resulta que dicha tasa de aportación es bastante inferior. En el país cafetero se cotiza 16% para pensión jubilar y 12.5% para salud, es decir un total de 28.5% siendo que la tasa de aportación de riesgos profesionales no se incluye en los rubros mencionados y varía en función del riesgo existente de cada actividad, es decir una persona que trabaja en una mina cotiza más que una persona que trabaja en una oficina donde el riesgo de sufrir un accidente laboral es menor.

Los sistemas de Seguridad Social difieren sustancialmente entre Colombia y Ecuador, de hecho en el país del norte la Seguridad Social está a cargo de entes públicos y privados siendo que conviven dos sistemas para las pensiones jubilares, el antiguo sistema  RPM (Régimen de Prima Media) y el más reciente RAI (Régimen de Ahorro Individual) a cargo de prestadoras privadas que imita al sistema de Chile.

El sistema de cuentas de ahorro individual implica que la jubilación de un individuo depende directamente del ahorro acumulado durante toda su vida laboral y la tasa de rendimiento del portafolio de inversiones a cargo de la entidad aseguradora. Por otra parte el sistema de RPM que está a cargo del gobierno, es un régimen de reparto similar al IESS en el cual la pensión del jubilado depende de la cantidad de aportes y el promedio de cotización de esos aportes durante los últimos 10 años (5 años en el caso ecuatoriano).

De lo anterior se puede inferir que en Colombia la seguridad social es obligatoria para todos los trabajadores (dependientes e independientes) y que existe un Oligopolio que se hace cargo de estos servicios, por lo tanto se podría decir que existe competencia y libertad de elección pero fuertemente restringida.

Por otra parte para el caso ecuatoriano aportar a la seguridad social solo es obligatorio para los trabajadores con relación de dependencia siendo así el servicio prestado un Monopolio de carácter público en el cual no existe competencia alguna, salvo para el caso de los independientes que podrían hasta elegir no tener seguro alguno por salud o pensión, lo cual a la larga es más costoso en términos sociales.

El sistema de Seguridad Social para el usuario resulta más costoso en Colombia que en Ecuador, esto independientemente de que se gane más o menos, para ilustrar mejor una persona que gana el salario mínimo (616,000 pesos alrededor de 308 dolares) aporta con 87.78 dólares  en el primer caso y 70.04 dólares para el caso de los ecuatorianos con un salario básico de 340 dolares.

Queda claro que en Colombia se aporta más para la Seguridad Social de lo que se hace en Ecuador, lo que no está claro y lo que realmente debería ser motivo de debate público es la calidad del servicio prestado y la sostenibilidad financiera del sistema. En cuanto a la calidad de los servicios otorgados tanto en Colombia como en Ecuador existe insatisfacción, principalmente en los servicios de salud, sin embargo al ser un tema de percepción, resulta difícil hallar parámetros de comparación, lo más cercano a un parámetro de comparación en cuanto la prestación de servicios de salud vendría a ser la respuesta a la siguiente pregunta elaborada por Latinobarometro del 2011: ¿Diría usted que se encuentra satisfecho en como funcionan los hospitales públicos? en la cual los resultados indican que la atención de los hospitales públicos en Ecuador es mejor valorada que en el país vecino.

En cuanto al tema de la sostenibilidad financiera, es claro que en Colombia el sistema parte con algunas ventajas ya que:

1) Maneja mayor cantidad de recursos por cobrar tarifas más onerosas 28.5% solo pensión y salud contra 20.60% de Ecuador, tarifa que incluye también riesgos profesionales.

2) El sistema de Colombia incluye un mayor universo de cotizantes ya que en dicho país los profesionales independientes si están obligados a ser parte del sistema, esto es importante principalmente en salud en donde el sistema se hace más viable a medida en que la cantidad de aportantes aumenta y los riesgos de enfermedades se comparten entre todos los cotizantes existiendo un elemento de solidaridad en el cual quién más tiene más aporta al sistema.  

3) Por último, lo más importante es que en Colombia las pensiones se determinan en función del ahorro individual y la rentabilidad de los portafolios de inversión, por lo tanto es claro que jamás podría existir un déficit actuarial (lo cual no está claro para el caso del IESS) sin embargo esto se da en sacrificio de que para algunos casos las pensiones otorgadas son considerablemente menores a los ingresos sobre los que se aportaba, esto para el caso de quien no llegase a tener una cantidad adecuada de capital ahorrado. Importante también decir que podría suceder lo contrario para casos en donde se aportó de manera continua por más de 35 años y se logro suficiente ahorro.

Es claro que, el tema de la Seguridad Social nos abarca a todos como sociedad y que el debate debe incluir multiplicidad de elementos que deben tratarse con seriedad, pues es importante que el sistema sea sostenible en el tiempo, para lo cual resulta imperante determinar si el IESS sostiene o no, un déficit actuarial que ascendería para 2050 a 11 mil millones de dólares. Según el propio directorio del IESS el último calculo tendría severas falencias al no tomar en cuenta las inversiones del BIESS y sus futuros rendimientos, los cuales promedian un 7% de rendimiento financiero sobre un capital que abarca ya los 12 mil millones de dólares, lo que implicaría que si dicho capital se reinvierte en su totalidad por los próximos 36 años podría multiplicarse por más de 11 y oscilar en los 137 mil millones de dólares para 2050 lo que evidentemente implicaría que no existe ningún déficit actuarial.

En conclusión se puede manifestar que el debate de si se cobra más o menos en las tasas de aportación, de si el sistema debería ser público o privado, de si debería ser del todo libre su participación u obligada para que este pueda ser de carácter universal es un debate complejo y técnico, que no puede ser tomado a la ligera por la opinión pública, por lo tanto urge incorporar un análisis comparado con otros países con el fin de realizar una reforma integral al sistema que vaya más allá del cambio de resoluciones administrativas que resultan simples parches dentro del complejo panorama de la Seguridad Social en Ecuador. Por último importante señalar que en el país rige una ley anterior a la constitución y que debe ser modificada.

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