La intervención estatal en asuntos económicos es un tema en el cual no existen consensos, existen paradigmas que abogan por la minimización del rol estatal en la economía aduciendo que es necesaria una menor distorsión de los mercados para aumentar su eficiencia; sin embargo existen otros que apoyan un alto intervencionismo estatal que se justificaría dado a la imposibilidad de que la economía permanezca en equilibrio en el corto plazo.
Uno de los modelos más
interesantes aunque poco conocidos en cuanto al tema de la intervención estatal
es el referente al de la curva de Armey; este modelo establece que la relación
entre el tamaño del Estado y el crecimiento económico es una función no lineal
que tiene forma de U invertida. Es decir, en primera instancia el
intervencionismo estatal es productivo pero tiene rendimientos decrecientes
hasta alcanzar su punto óptimo, pasado cierto nivel de gasto público o presión
tributaria, una mayor presencia del Estado va en detrimento del crecimiento
económico.
Intuitivamente el modelo de Armey
plantea que una nula presencia estatal es perjudicial para la sociedad porque
representa un Estado de anarquía, en el cual la sociedad no puede progresar
dado a que: no se respetan los derechos de propiedad, no existe coordinación
social, no se prestan servicios públicos, entre otras implicaciones, ejemplo de
aquello son los países africanos en los que los Estados no son capaces de
garantizar el orden social.
Por otra parte un excesivo
intervencionismo estatal también resultaría perjudicial pues: los individuos no
tienen incentivos para invertir e innovar, el excesivo burocratismo puede conllevar
a altos niveles de corrupción, los mercados se tornan ineficientes y los bienes
empiezan a escasear, ejemplos de aquello son los estados comunistas de la URRS,
Corea del Norte y Cuba cuyo fracaso económico en términos de alcanzar una
elevada producción de bienes y servicios fue y ha sido evidente.
Otro modelo que incursiona sobre
el intervencionismo estatal, esta vez más popular, es el modelo de la curva de
Laffer, esta representación grafica es una U invertida que explica la relación
entre la recaudación de impuestos y el tipo de nivel impositivo (presión
fiscal). Este modelo expresa que no siempre a mayor nivel impositivo se obtiene
una mayor recaudación, pues niveles que se encuentren por encima del nivel
óptimo de presión fiscal se traducen en un menor dinamismo económico o una
mayor evasión tributaria, con lo cual las arcas estatales se ven perjudicadas.
En Ecuador desde el inicio de la
dolarización la intervención estatal ha venido en constante ascenso, tanto la
recaudación tributaria (incluyendo utilidades de empresas públicas) como los
gastos corrientes del Estado (sin tomar en cuenta el pago de intereses) han
venido aumentando en relación al PIB. Este fenómeno lleva a preguntarse ¿Ha
sido productivo el incremento del intervencionismo estatal? ¿Cuál sería el
nivel de intervención del Estado óptimo para el caso de Ecuador?
Este artículo plantea la
respuesta a las anteriores preguntas mediante el uso de modelos empíricos cuya
base conceptual se sustenta en los modelos de las curvas de Armey y Laffer
simultáneamente. Posterior a la presente introducción se da paso a la
explicación sobre los datos y la metodología empleada, los resultados de las
estimaciones econométricas y las pertinentes conclusiones.
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