domingo, 27 de diciembre de 2020

Lenin Moreno de “la mesa no estaba servida” a la ausencia de mesa

El mundo vive una pandemia pero Ecuador vive una catástrofe económica producto del mal manejo económico del gobierno actual. El debilitamiento del Estado llevó a que existan 40.000 muertes en exceso. Es la segunda tasa más alta del mundo en términos per cápita, sólo superada por Perú. El presupuesto en salud se había reducido en 30% previo a la pandemia y se había pasado de un modelo que en 10 años construyó hospitales públicos y centros de salud a uno que afirmaba que con la telemedicina era suficiente. En plena pandemia la ministra de salud renunció denunciando la falta de apoyo y recursos para la cartera de Estado. 


Antes de la pandemia Ecuador ya estaba en recesión. Con Lenin Moreno año a año la economía se deterioró: 2017 creció 2.4%, en 2018 se vivió una desaceleración a 0.5% y en 2019 el crecimiento fue nulo, de 0.1%. En términos per cápita, se decreció desde el 2018. 


Nótese que el año de mejor desempeño económico es justamente el año en el que Lenin Moreno asumió la presidencia, por ende la mesa sí estaba servida, otra cosa es el no concientizar que la mesa debe de limpiarse y servirse todos los días; y que el Estado no es un festín a repartirse a cambio votos en el legislativo para aprobar las leyes del plan de gobierno de CREO y el PSC.  


Lenin Moreno condujo el país hacia los acuerdos con el FMI, no producto de la pandemia, sino desde antes, en 2018, acuerdo que incumplio al no cumplir con la meta de reservas internacionales. La receta del FMI es inconveniente porque si bien inserta recursos en la economía a un interés bajo, no controla que dichos recursos se queden en la economía y produzcan crecimiento económico. Por ende, nos deja sin inversión, sin demanda interna y altamente endeudados, el modelo de Mauricio Macri en la Argentina. 


Así mismo, la receta del FMI, post pandemia, llevaría a que pasen 5 años antes de que recuperemos el PIB del año 2019. El 2020 se estima una caída económica entre el 9% y 12% del PIB, es decir el doble de la crisis de 1999. Es sin duda el peor registro económico desde que se lleva una contabilidad. 


Si comparamos la deuda externa, en 2016 era 26% del PIB, hoy supera el 44% del PIB pero lo más grave es que no existió inversión pública, ¿A dónde fueron esos recursos? Respuesta: salieron del país, entre 2017 y 2019 el país ha tenido fuga de capitales por $17.500 millones, operaciones que no responden a comercio internacional, ni a pago de deuda anterior. Cabe decirlo, si se hubiese pagado la deuda heredada, el stock de la misma no habría incrementado en 18 puntos del PIB. 


El manejo económico pre-pandemia era malo pero el manejo económico post-pandemia ha sido peor. La mal llamada “Ley Humanitaria” trasladó el costo de la pandemia hacia los trabajadores y por ende los hogares. Se permitieron despidos sin indemnizaciones y se redujeron los ingresos de los trabajadores hasta en un 45%. Este marco normativo podría estar vigente hasta por 2 años, en caso de que un nuevo gobierno no derogue la Ley. 


Si comparamos septiembre de 2020 con septiembre de 2019, hay 620.829 puestos de trabajo menos. De los cuales 297.319 son trabajos en relación de dependencia con seguridad social, es decir trabajos formales, lo que debilita la situación de la Seguridad Social, reduciendo la relación entre aportantes y jubilados, que es la base del sistema de reparto.


El panorama para el tejido empresarial tampoco es alentador porque menos trabajadores o trabajadores con menores ingresos son hogares con menor capacidad de consumo. Las ventas entre enero y noviembre de 2020 comparado con el mismo periodo en 2019 fueron $23.753 millones menores.  


Por otra parte, el 24 de diciembre de 2020 el Banco Central contaba con más de $7.300 millones en reservas, cuando se tiene una inmensa deuda interna. Servidores públicos con retrasos en sus salarios, deuda con los GAD que supera los $2.000 millones y proveedores del Estado impagos por meses. Cortar la cadena de pagos agudizó la crisis. 


No es falta de recursos, es falta de voluntad política, es una mala política económica. El gobierno de Lenin Moreno prohibió que el BCE preste dinero al gobierno central sustentado en un dogma. En Panamá, economía dolarizada, el Banco Nacional de Panamá, el más grande del país, no solo que es el banco de los depósitos del sector público, es un banco comercial que da crédito y que regula el mercado financiero por medio de la competencia. 


El gobierno de Lenin Moreno, en lugar de usar el Banco Central para inyectar recursos a la economía ecuatoriana, lo que hizo es usar esos recursos para en plena pandemia pre-pagar deuda externa que vencía en 2022 y 2023 por $1.500 millones. La razón de esto es que el ex ministro Richard Martínez, dio garantías colaterales asociadas al precio de los bonos ecuatorianos, es decir,  perdió una apuesta financiera en Wallstreet. 


Los repos con Goldman Sachs y Credit Suisse, operaciones realizadas en el gobierno de Lenin Moreno con Richard Martínez como ministro, fueron mucho más costosos que la deuda con China. Esto debido a tasas de interés efectivas más costosas, producto de las garantías colaterales que obligaron a Ecuador a pre-pagar deuda externa en plena pandemia y así evitar las cláusulas de cross default. 


La renegociación de la deuda externa comercial no fue exitosa, dejó al país endeudado por 10 años más del plazo original, hasta 2040, a una tasa promedio del 5.3%. Por otra parte, la Argentina con una posición más soberana logró un acuerdo en donde no extendió el plazo de su deuda y logró un interés promedio del 3.1%. Los argentinos lograron un acuerdo que hizo sostenible su deuda comercial externa, las autoridades ecuatorianas no. 


Y más allá de que no se ha dado una solución integral para la deuda pública, existe una deuda que es más urgente solucionar, la deuda de los hogares ecuatorianos con la banca comercial. Si bien la banca comercial reestructuró una parte importante de las deudas de los ecuatorianos con el sistema financiero, lo hizo siguiendo los mismos parámetros pre-pandemia. Los ecuatorianos no se beneficiaron de una reducción en la tasa de interés, al contrario, constantemente están siendo hostigados con el cobro de tasa por mora, multas y cobros indebidos, además de amenazas de ser colocados en la central de riesgo.


Un nuevo gobierno deberá de reconstruir el país. No solo que no recibe mesa servida, sino que recibe un país sin mesa. Lo más mediocre sería ajustarse a los cánones del FMI, de hacerlo toda la gestión del próximo gobierno no sería suficiente para recuperar el nivel de ingreso de los ecuatorianos pre-pandemia.