lunes, 22 de junio de 2020

¿Bajar o subir el IVA en 2021?


Hace mucho que no escribo en el blog, me anime a retomarlo y escribir este post luego de haber realizado unas compras en el Supermaxi y publicar un hilo en twitter que relata el por que el reducir IVA (Impuesto al Valor Agregado) al 10% no es la solución mágica que algunos “analistas económicos” publicitan, de hecho cae en el espectro de la demagogia económica.


Lo primero que tenemos que tener claro es que el IVA en Ecuador NO es un impuesto regresivo. Es decir, no es cierto que recae en mayor magnitud sobre los pobres que sobre los ricos. El IVA en Ecuador es un impuesto proporcional, esto quiere decir que lo pagan tanto ricos como pobres en igual proporción en función a sus ingresos. Esta aseveración está demostrada de manera empírica por el SRI, en un documento elaborado por su centro de estudios fiscales


En otros países el IVA podrá ser un impuesto regresivo, no obstante en Ecuador aquello no ocurre puesto que existen dos tarifas del impuesto. La tarifa del 12% que aplica para el común de los bienes o servicios y la tarifa del 0% que aplica para la mayoría de bienes o servicios que componen la canasta básica, es decir, los bienes de primera necesidad. Los datos de la ENIGHUR 2011-2012 son esclarecedores. El decil 1 tiene el 3.42% del ingreso y paga el 3.23% del IVA con tarifa del 12%. El decil 10 tiene el 27.54% del ingreso y paga el 28.01% del IVA con tarifa del 12%, es decir su estructura de consumo es proporcional al ingreso (Ver Tabla dando Clic).




Los artículos 55 y 56 de la LORTI (Ley Orgánica de Régimen Tributario Interno) detallan los bienes y servicios que no pagan IVA, o más formalmente que se gravan con tarifa del 0%, entre estos están: alimentos, medicinas, servicios básicos (luz, agua, alcantarillado, transporte público de carga y pasajeros), arriendo de vivienda, insumos agrícolas, cualquier bien que se exporte, entre otros. Estos bienes claramente ocupan una mayor proporción en el ingreso de una familia pobre que en el de una rica, por ello es que mantener este tipo de bienes con tarifa del 0% es fundamental para que el IVA sea un impuesto proporcional y no regresivo, es decir, que no afecte al consumo de los hogares de menores ingresos.


Ya en la cotidianidad el efecto del IVA es que cuando vamos al supermercado son pocos los bienes que se adquieren y que tienen este impuesto. En mi caso, mi ultima cuenta del supermercado detalla que gaste 74.08 dólares, de lo cual el IVA fue 3.44 dólares. Es decir el impuesto al valor agregado, representó el 4.6% de la cuenta. Invito a que ustedes lectores hagan lo mismo y se fijen cuanto representa el IVA en su factura del supermercado. 


Imagínese que el gobierno hubiese decidido rebajar el IVA al 10% para "reactivar la economía y recaudar más impuestos" ¿Hubiese esto ocurrido? La respuesta es sí y no, es decir, sí se hubiese fomentado un mayor consumo y por ende una mayor actividad económica. No obstante, no se hubiese recaudado más. Lo explicare a partir del ejemplo de mi compra en el supermercado, posteriormente daré una estimación a nivel de la economía agregada. Pero en resumen la razón es que existe un efecto tarifa y un efecto ingreso sobre la recaudación, siendo que el primero que es negativo supera al segundo que es positivo. 


Si el IVA hubiese sido del 10% y no del 12% como es actualmente, yo hubiese ahorrado 57 ctvs pero la recaudación del gobierno caería en igual magnitud. Ahora si esos 57 ctvs los consumo manteniendo mi mismo patrón de compra, el consumo de los 57 ctvs genera un IVA adicional de 2 ctvs puesto que la nueva proporción de IVA es 3.9%(2.87/73.51) y 3.9% multiplicado por 57 ctvs es 2 ctvs.  Es así que el IVA que cobra el Estado disminuyó neto en 55 ctvs, los 57 iniciales menos los 2 producto del aumento del consumo.


Hasta aquí el consumo aumentó en 57 ctvs pero la recaudación disminuyó en 55 ctvs, por ende el gasto público debe disminuir en su equivalente, con lo que la economía habría crecido 2 ctvs neto producto de reducir 2% el IVA. Por ello el PIB crece pero la recaudación neta disminuye, con lo cual se demuestra que es verdad que bajo ciertos supuestos cuando disminuye el IVA la economía sí crece. No obstante, es falso que la recaudación va a incrementarse. En términos porcentuales respecto a mi compra la economía creció 0.03% y la recaudación cayó en 0.75%, claro que esto es insignificante en el agregado de la economía pero lo mismo aplica para su conjunto.  


Ahora, llevemos este mismo ejemplo a una estimación de la economía agregada. Acorde al Banco Central del Ecuador, el PIB nominal (Producto Interno Bruto) en 2019 se situó en 107,435 millones de dólares, no obstante dado el COVID y la caída del precio del petroleo se estima que la economía podría caer en un 10% en 2020 por lo que usaremos un PIB un 10% menor, es decir de 96,692 millones, para así estimar que pasaría en 2021 con un cambio del IVA. Por otra parte, la recaudación del IVA para el mismo periodo fue de 6,270 millones de dólares, aplicándole una caída del 10% seria de 5,643 millones. El PIB puede ser visto como el ingreso  de todos los ecuatorianos, es así que el IVA representa el 5.84% de dicho ingreso.


Si la recaudación del IVA en Ecuador fue de 5,643 millones y la tarifa que grava estos productos es del 12%, una regla de 3 determina que si la tarifa fuese del 10%, la recaudación inicial sería de 4,703 millones (5,643*(10%/12%)) producto del efecto tarifa. Lo que determina que se hubiese generado un ahorro y posterior consumo de 941 millones (5,643 - 4,703), así mismo se hubiese generado una reducción inicial del recaudo del IVA en dicha magnitud y por ende una disminución inicial en el gasto público de igual magnitud.  


No obstante, dicho posterior consumo hubiese generado un incremento del IVA adicional equivalente a 46 millones de dólares, resultado de multiplicar 941 millones (el consumo adicional) por la nueva proporción del IVA en la economía 4.9% (4.703/95,751). Por ende, se tiene que el IVA final es de 4,749 millones (4,703 + 46), lo que implica que ha existido una reducción de la recaudación neta del gobierno y por equivalente del gasto público de 894 millones de dólares (5,643 -4,749), a menos que se haga crecer el déficit fiscal. 


Finalmente, esto nos deriva en que la economía ha experimentado un incremento del consumo de 941 millones pero al mismo tiempo una reducción neta de la recaudación de 894 millones, lo que implica una reducción del gasto público de la misma magnitud, lo que conlleva a tener un incremento de la economía de 46 millones de dólares. Esos 46 millones de dólares, equivalen al 0.05% del PIB, por otra parte los 894 millones de reducción del gasto público representan el 0.93% del PIB.


Cabe aclarar que los supuestos que se utilizan en este análisis, son susceptibles a ser rebatidos o a cambios frente a comportamientos no del todo racionales en los consumidores. Es decir, cabe la posibilidad de que ante una reducción del IVA, las personas decidan consumir temporalmente más allá de su ingreso actual, haciendo que el incremento del PIB sea temporalmente mayor y la caída en la recaudación menor. No obstante, esto es poco probable que suceda en gran magnitud. 


La estimación aritmética que se hace en este post no es el método más refinado o sofisticado de estimación, y seguramente no es el 100% correcto, pero sin duda da un parámetro de evidencia empírica que cualitativamente coincide con otros y es mejor a una simple aseveración dogmática tal como: “bajando impuestos se reactiva la economía y se recauda más”.  Cabe reflexionar que para que tanto el PIB como la recaudación tributaria suban producto de una reducción del IVA de 2%, se necesitaría que el consumo de bienes gravados con IVA aumente en un 20% ((12%/10%)-1)*100 lo cual es sumamente improbable puesto que contrasta con un incremento del ahorro de solo el 0.98% (941/95,751), pues como se ha visto lo más racional es pensar que el aumento del consumo será igual al ahorro generado por la reducción de la tasa impositiva y que el gasto público deberá de ajustarse producto de esa caída en la recaudación. 


Preguntémonos como sociedad ¿Conviene tener un PIB mayor en 46 millones pero un gasto público menor en 894 millones?  La respuesta es NO, el gasto público financia bienes de mayor valor social tales como: seguridad, educación y salud. Tener una economía en el cual el consumo de bienes gravados con IVA es mayor, pero los bienes y servicios a ser otorgados por el Estado son deficitarios, no conlleva a niveles más altos de bienestar colectivo.


Una segunda razón por la cual NO resulta conveniente tener una economía más grande en 46 millones, a costa de reducir el ingreso tributario y por ende el gasto público en 894 millones, es debido a que en la actualidad existe un importante déficit fiscal. El cual resultado del COVID 19 tenderá a aumentar ya que las estimaciones hablan de una caída de la economía ecuatoriana que podría alcanzar hasta 10% del PIB. Acorde al Grupo Faro, al mes de mayo de 2020, el gobierno tiene un déficit permanente de 609 millones de dólares. El déficit permanente significa que los ingresos permanentes, principalmente tributos, no alcanzan a financiar los gastos permanentes, principalmente pago de salarios a funcionarios públicos, el cual en un 85% se concentra en docentes, médicos, policías, militares y jueces.


Cabe mencionar que el actual régimen ya ha hecho grandes reducciones en el gasto público. Comparando el periodo de enero a Mayo de 2019 con el mismo periodo de 2020, el gobierno ha gastado 174 millones menos en Salud y 65 millones menos en Educación. Y si se compara el presupuesto inicial de 2020 (expectativa de gasto) frente al presupuesto codificado a Mayo (el presupuesto ya modificado) el sectorial de Salud tiene una reducción de 215 millones y el de Educación de 1.007 millones


Recapitulando, en economía no existen soluciones mágicas, en este momento bajar el IVA es una mala idea. No obstante ¿Que sucedería si se decide hacer lo contrario, subir el IVA al 14%? Derivado del ejercicio anterior queda claro que la economía, exclusivamente de esta decisión pues no cabe confundirlo con el efecto que tienen otros acontecimientos como el COVID 19 o la caída del precio del petróleo,  caería en poca magnitud y la recaudación tributaria subirá en una importante magnitud. Con esto, el financiamiento para educación, salud, seguridad, entre otros servicios públicos no se deteriorara más, asumiendo también una voluntad política para que este tipo de gasto se fortalezca. 


Aplicando la misma lógica pero de manera inversa, sí se sube el IVA al 14%, el PIB debería contraerse en 46 millones y la recaudación tributaria debería incrementarse en 894 millones. El tener una situación fiscal no tan deteriorada, en un mediano y largo plazo podría conllevar a un mayor crecimiento económico puesto que una política económica orientada a reducir el déficit fiscal por la vía de mayores tributos permitirá tener mayor acceso a créditos externos.


También es cierto que en materia fiscal, antes de subir el IVA o complementario a hacerlo, se deben de tomar una serie de medidas alternativas, entre los cuales cabe mencionar el reducir la evasión y elusión fiscal, en especial la de impuestos directos como el Impuesto a la Renta, y el reducir la corrupción, una tarea que le ha quedado demasiado grande al gobierno actual.


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